Agencias AP y AFP
Fotos: AP, AFP y REUTERS
Edición fotográfica: Fernanda Corbani
PANAMA CITY.- Esta mañana, los habitantes de Florida podían respirar apenas aliviados: Michael perdió potencia y pasó de huracán a tormenta tropical. Pero los daños están hechos. En la franja noroeste del estado, una zona conocida como Panhandle, la escena es desoladora: calles inundadas, puertos destrozados, árboles arrancados, cables caídos y casas con techos por el suelo por sus olas de varios metros y sus vientos de más de 200 kilómetros por hora. Además, hay al menos dos personas muertas.
Horas después de tocar tierra en una costa con playas de arena blanca, Michaeldisminuyó su fuerza y de categoría 4 pasó a tormenta tropical ya sobre el sur de Georgia, donde seguirá debilitándose aunque persistan las intensas lluvias, los fuertes vientos y los posibles tornados.
Las autoridades confirmaron que un hombre falleció luego de que un árbol cayera sobre una casa y, según la televisora WMAZ-TV, una niña de 11 años murió de forma similar en el suroeste de Georgia. Por su parte The Washington Post publicó que la menor estaba dentro de una casa rodante en el condado cerca del Lago Seminole, en la frontera entre Florida y Georgia. Según lo que pudieron determinar los funcionarios, una cochera de metal utilizada para almacenar barcos voló por los aires y al aterrizar golpeó a la niña en la cabeza.
Se espera que los equipos de búsqueda y rescate redoblen esfuerzos para llegar a las zonas más afectadas y comprobar si hay atrapados o heridos entre los escombros. Gran parte de Georgia, las Carolinas y el sureste de Virginia aún podrían ver inundaciones mortales por lo que permanecen bajo una alerta de tormenta tropical.
Michael, el huracán más fuerte registrado en esta área, se dirige ahora hacia las Carolinas, que siguen recuperándose de las épicas inundaciones provocadas por el huracán Florence. Su vórtice se encontraba a unos 40 kilómetros al este de Macon, centro de Georgia, con vientos máximos de 96 km/h.
En redes sociales, las fotos y los videos de los habitantes de la zona afectada mostraban escenas de devastación absoluta. Las casas parecían flotar en medio de calles de gua, destruidas tras haber perdido el techo.
"Mi casa en Mexico Beach está bajo el agua", dijo Loren Beltrán, una contadora de 38 años, luego de haber visto imágenes de su vecindario. "Perdí todo lo material, pero gracias a Dios estamos bien". Ella y su hijo de 3 años se refugiaron en otra casa en Panama City, donde el panorama no era mucho más alentador: parecía un escenario de guerra después de ser azotada por más de tres horas por vientos y una intensa lluvia que caía horizontalmente. Las calles eran intransitables y había contenedores, antenas, techos, árboles y semáforos desperdigados por todas partes.
Por su parte, Yanim Marialice, de 28 años, se quedó sin electricidad en su hogar, pero ella y su marido decidieron no abandonar su casa frente a la playa en Destin, 65 kilómetros al oeste de Panama Beach. "Podemos escuchar que hay cosas volando y que golpean el techo", aseguró cuando la tormenta aún azotaba la zona.
Desde el Centro Nacional de Huracanes ya habían advertido que el paso de Michael iba a ser catastrófico. "Desafortunadamente, esta es una situación histórica, increíblemente peligrosa y de riesgo de vida", había dicho Ken Graham, su director.
Se estima que unas 375.000 personas de más de 20 condados recibieron órdenes de evacuación, obligatoria o voluntaria. El gobernador de Florida, Rick Scott (quien había afirmado que el huracán sería "la tormenta más destructiva en azotar esta parte de Florida en un siglo"), anunció que había activado a 3.500 guardias nacionales. En los estados de Georgia y Alabama se emitieron declaraciones de emergencia.
La temporada de huracanes del Atlántico termina el 30 de noviembre.
Agencias AP y AFP
Fotos: AP, AFP y REUTERS
Edición fotográfica: Fernanda Corbani
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