¿Sabías que el transporte público es el escenario perfecto para contraer un virus? Si no quieres contagiarte sigue los consejos de esta experta en Microbiología y Control de Infección
Durante todo el año podemos coger un catarro, pero el carácter epidémico de la gripe hace que esta sea más estacional, siendo la temporada de la gripe habitualmente entre octubre y finales de febrero, aunque algunos años se alarga hasta marzo o incluso abril.
Es decir, que estamos en pleno apogeo; ante el riesgo de epidemia los expertos nos recuerdan que en la última década se ha incrementado a nivel mundial enfermedades consideradas desaparecidas y su reaparición podría estar relacionada, entre otras causas, con los movimientos antivacunas.
Las personas no vacunadas correctamente utilizan medios de transporte, lo que se convierte en un medio a la dispersión de microorganismos responsables de diferentes tipos de infecciones.
“Los lugares cerrados son escenarios perfectos para aumentar la posibilidad de adquirir microorganismos patógenos y desarrollar potencialmente una enfermedad infectocontagiosa”, advierte la Dra. Ruth Figueroa, microbióloga de la Asociación de Microbiología y Salud (AMYS).
Si una persona tiene gripe y durante su trayecto en transporte público estornuda o tose y lo hace de manera incorrecta -esto es, sin utilizar un pañuelo o el brazo-, “genera pequeñas partículas que, por un lado, van a desplazarse hacia otras personas, mientras que otras permanecerán en sus manos y se quedarán en distintos tipos de superficie, tales como barandillas, cristales y botones o pueden entrar en contacto con otras personas, por ejemplo al saludarse”, recalca la especialista.
Estas gotas infectadas entran a la mucosa de otra persona y pueden llegar a trasmitir los microorganismos vehiculados, lo que podría provocar un nuevo contagio.
La población más expuesta a adquirir una enfermedad infectocontagiosa suele ser aquella que se encuentra en los extremos de la vida (bebés y ancianos), o aquellas con procesos agudos o crónicos que debilitan su propio sistema inmune.
“Esto no debe alarmar a la población a no usar los medios de transporte para evitar aglomeraciones, sino que se deben adecuar estrategias que impidan en la medida de lo posible la trasmisión de microorganismos, tales como taparse la nariz o la boca cuando se tose o estornuda y lavarse frecuentemente las manos”, explica representante de AMYS.
Las enfermedades bacterianas y virales que generan microorganismos susceptibles de transmitirse por vía aérea son la tosferina, difteria, faringitis causada por la bacteria Streptococcus pyogenes, tuberculosis, enfermedad meningocócica, varicela, rubéola, sarampión, gripe (virus Influenza), virus sincitial respiratorio (VRS) y la neumonía.
Estas tres últimas son más frecuentes en invierno y “la mayoría de ellas son prevenibles por vacunación”, aclara la especialista.
Entre las recomendaciones que la Organización Mundial de la Salud (OMS) emite para la reducción de la posibilidad de adquirir alguna infección en nuestra vida diaria, sobre todo para la población que utiliza el transporte público, figuran las siguientes:
La vacunación como medida de prevención fundamental, tanto para los niños como para los adultos. Vacúnate ante la gripede forma anual. Si eres una persona de riesgo y si eres una persona muy extrovertida tienes mayor probabilidad de contagio.
La higiene de manos mediante el lavado con agua y jabón o con gel hidroalcohólico. Pero, ¡ojo! Los jabones antibaterianos no sirven en contra de los virus, es la acción lavarse las manos la que elimina las partículas víricas.
Evita tocarte la cara y los ojos.
Utiliza una mascarilla en época de epidemia, tengas o no el virus.
No te olvides de taparte boca y nariz al estornudar o toser:con un pañuelo de papel que tiraremos inmediatamente a la basura. Si tienes pañuelo, utiliza la cara interna del codo en lugar de la mano.
Evita el contacto de proximidad: besos, abrazos, compartir objetos personales…
Pero esto no es del todo eficaz, hay otras medidas que debes tener en cuento. porque si te lavas las manos y luego cierras el grifo o agarras el picaporte de la puerta sin más, sigues corriendo riesgo de contagio si antes lo ha tocado alguien que ya está enfermo. Así que usa un pañuelo o tu ropa para evitar el contacto.
Por cierto que un estudio de la Universidad de Bristol (Reino Unido), publicado en la revista‘Environmental Health’, ha demostrado que hay tasas más altas de infecciones en las zonas en las que los viajeros tienen que conmutar en estaciones muy concurridas. O sea que trata de ser precavido en los transbordos y si puedes revisa tu ruta para hacer viajes más rápidos con menos paradas, o sal a la calle para realizar los últimos metros andando.
Y ojo con los asientos (del bus, el metro y otros lugares públicos), no los toques demasiado, nada de pasar la mano por encima para retirar migas o restos de suciedad.
¡Ah, sí! Entretenerte leyendo durante el trayecto está muy bien pero es aconsejable no compartir tu móvil, ordenador o tablet (ni pedirlo prestado) ya que otro estudio británico demostró que el teclado del ordenador (y de otros dispositivos móviles) tiene más bacterias infecciosas que la taza del baño. Además, las micropartículas que circulan por el aire se depositan en las pantallas. Acostúmbrate a llevar encima unas toallitas húmedas desinfectantes para limpiar todos tus gadgets.
Otra cosa: ‘Aspirar’ agua (puedes añadir con micropartículas de sal) o utilizar un nebulizador preparado para un baño nasal de los que venden en farmacias te ayudará a minimizar riesgos. Así que al llegar a casa (al trabajo o la uni) vuelve a lavarte las manos y después limpia bien la zona de la nariz y la boca.
Y es que aunque el ser humano dispone de un sistema inmune que trabaja a diario bien para proteger y evitar infecciones con microorganismos patógenos, o para ser tolerante con otros microorganismos que pueden reportar beneficios para la salud de quienes los albergan, de vez en cuando hay que echarle una manita.
“Seguir una dieta adecuada y muy especialmente dar valor al papel de las vacunas son medidas que mantendrán un sistema óptimo para evitar las llamadas enfermedades inmunoprevenibles”, apunta la Dra. Figueroa.
Por ejemplo, tomar mucha vitamina C (presente en naranjas, limones, fresas, el kiwi, el brócoli o el pimiento), ayuda al sistema inmunológico a estar más protegido contra los resfriados y la gripe. Beber mucho líquido (agua y caldos, evitando las bebidas que contengan cafeína, incluidos el café y el té, ya que pueden deshidratarte y agravar los síntomas) y tomar alimentos tibiosayuda a estimular la salivación y esto ayuda a aliviar la tos y el dolor de garganta.
Por el contrario, los malos hábitos, como fumar o beber alcohol, debilitan nuestro sistema inmunitario. Está demostrado que el tabaco provoca complicaciones en las vías respiratorias, por lo que hace que las infecciones sean más frecuentes y graves.
¿Lo mejor? La sopa de pollo puede ayudarte a atacar un resfriado desde la raíz o a reducir los síntomas del resfriado y de la gripe. Así lo afirma Stephen Rennard, médico y profesor de Medicina en la Universidad del Centro Médico de Nebraska (Omaha, Estados Unidos).
Su estudio, publicado en el boletín médico Chest, asegura que la sopa de pollo es muy útil para aliviar la congestión que acompaña al resfriado y a la gripe y puede prevenir la deshidratación. Actúa como un antiinflamatorio en el organismo aumentando temporalmente el movimiento del moco a través de la nariz, lo que a su vez disminuye el tiempo que el virus está en la mucosa de la nariz. Eso sí, debe llevar pollo, cebollas, patatas, zanahorias, nabos, perejil, sal y pimienta. Y los ingredientes deben cocinarse durante al menos una hora.
En fin, espero que con estas precauciones y consejos tus trayectos en bus o metro sean menos ‘peligrosos’ y consigas librarte de la gripe.
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