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Newsweek México
El mundo respiraba esperanzado este martes tras el anuncio de la farmacéutica Pfizer de que su vacuna contra la COVID-19 era eficaz en un 90%, un ansiado antídoto que podría estar disponible en unas semanas en Estados Unidos y “a principios de 2021” en la Unión Europea.
Todavía no se sabe si la vacuna otorga una inmunidad larga, pero eso no impidió que una ola de optimismo se apoderara de las bolsas mundiales tras el anuncio, tan solo diez meses después de que se secuenciara el coronavirus, una proeza científica.
El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, consideró que que el anuncio era “alentador” y alabó “una innovación y una colaboración científica sin precedentes para poner fin a la pandemia”.
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El presidente estadounidense Donald Trump dijo que se trataba de una “noticia excelente”, en tanto que Joe Biden, que lo sustituirá en la Casa Blanca el 20 de enero, mencionó que el anuncio inyecta “esperanza”.
Hasta los organizadores de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, postergados a causa de la pandemia, declararon el martes que el éxito anunciado de la vacuna suponía un “alivio”, pese a que, de momento, continúan preparando los Juegos de 2021 en un escenario sin vacuna.
Pfizer y su socio alemán BioNTech explicaron que cuando se inyectan dos dosis de su vacuna en un espacio de tres semanas, ésta es “eficaz en un 90%”, según los resultados preliminares de un ensayo a gran escala que todavía está en curso. La inyección redujo en un 90% el riesgo de caer enfermo en el grupo vacunado, respecto al grupo placebo.
Cuestión de “semanas”
Según los estadounidenses, que encargaron 100 millones de dosis, las primeras vacunaciones podrían empezar antes de que termine el año, siempre y cuando se confirme la inocuidad de la sustancia, antes de dos semanas. Pfizer prevé depositar una solicitud de autorización ante la agencia reguladora de los medicamentos de Estados Unidos (FDA), que tendrá que decidir si la vacuna es segura y eficaz.
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A partir de ese momento, la distribución sería cuestión de “semanas”, según declaró a Fox News Alex Azar, secretario de Salud de Donald Trump, quien hizo del desarrollo de las vacunas el pilar de su respuesta a la crisis sanitaria.
En la Unión Europea, que hizo una precompra de 200 millones de dosis y está negociando para adquirir otros 100 millones más, la vacuna podría estar disponible “a principios de 2021”, según una fuente europea.
Otros países, como Japón, Canadá o el Reino Unido, también hicieron pedidos a Pfizer. La demanda inicial superará a buen seguro la oferta, pues el laboratorio prevé poder fabricar 50 millones de dosis en 2020 y 1.300 millones el próximo año.
En este sentido, las oenegés llevan meses alertando del peligro de que los países ricos monopolicen las dosis, y expresaron su preocupación por el precio al que Pfizer vaya a vender la vacuna.
Otra vacuna experimental, desarrollada por la empresa estadounidense Moderna y cuyos resultados podrían llegar en las próximas semanas, utiliza esta misma tecnología nueva, que consiste en inyectar en el organismo instrucciones genéticas llamadas ARN mensajeros, que indican a las células qué proteínas fabricar para combatir el virus.
Además, el mundo también espera los resultados de otra vacuna, muy avanzada, desarrollada por AstraZeneca y la Universidad de Oxford.
En cambio, la vacuna que está desarrollando el laboratorio chino Sinovac Biotech, llamada CoronaVac, registró un varapalo el martes de madrugada, cuando la autoridad sanitaria de Brasil decidió suspender sus ensayos clínicos después de que un voluntario sufriera un “incidente grave”.
El martes, Sinovac Biotech se declaró su “confiado en la seguridad de la vacuna” y afirmó en un comunicado que el incidente en cuestión no guardaba “relación” con la vacuna.
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La agencia de vigilancia sanitaria brasileña, Anvisa, no aportó detalles sobre lo ocurrido, pero indicó que ese tipo de incidentes podían incluir la muerte.
Restricciones en Europa
Entretanto, la pandemia de COVID-19 sigue avanzando, y el secretario general de la OMS instó el lunes a no bajar la guardia pese al “cansancio”.
En Estados Unidos se batieron récords de contagios durante varios días consecutivos, con más de 100,000 nuevos casos diarios. El lunes, se superaron los 10 millones de casos oficiales de un virus que ya ha matado a más de 238,000 personas en ese país, si bien las autoridades calculan que el balance real podría ser de más de 300,000 fallecidos.
En total, se detectaron más de 50.9 millones de casos en todo el mundo desde diciembre, según un balance de la AFP establecido a partir de fuentes oficiales.
El virus continúa dejando víctimas entre las personalidades. El secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Saeb Erakat, falleció el martes del nuevo coronavirus a los 65 años.
En Europa, donde se registraron más de 13 millones de contagios y fallecieron unas 311,000 personas, la mayoría de países europeos decretaron varios niveles de confinamiento o toques de queda, que afectan globalmente a unos 10 millones de habitantes.
Portugal activó el lunes el estado de emergencia sanitaria y decretó un toque de queda en la mayor parte del territorio. “No podemos pensar que vamos a hacer frente a esta pandemia sin esfuerzo”, reconoció el lunes el primer ministro socialista Antonio Costa.
Pero el coronavirus no sólo tiene un impacto en la salud y a la economía. La agencia de la infancia de la ONU, Unicef, instó a una pronta reapertura de las escuelas en América Latina y el Caribe, donde el coronavirus ha dejado cerca de 12 millones de contagios y unos 413,000 muertos.
La pandemia amenaza con una “catástrofe generacional” al afectar a la formación de millones de niños de la región más desigual del mundo, señaló la organización en un estudio.
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