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m. j. pérez-barco
m. j. pérez-barco
Que nadie se engañe: con los años muchas personas pierden la ilusión, la chispa que solo prende con el espíritu de la Navidad. A veces los avatares de la vida no ayudan a recuperar ese estado emocional, también los usos sociales y las obligaciones familiares imponen costumbres que hacen pasar estas fechas sin pena ni gloria y, en otras ocasiones, el estrés apabullante del día a día impide disfrutar de esa magia especial... Hay miles de motivos que un adulto puede utilizar para zafarse del espíritu navideño. Eso sí, cuando hay niños en casa las cosas cambian. Por ellos, y también por uno mismo, se puede hacer un esfuerzo y recuperar otra vez esa emoción navideña.
Las personas que se encuentran solas, que viven en un país extranjero, que han perdido a un ser querido, que sufren de forma acusada los estragos de la crisis, o que viven conflictos familiares... son las más sensibles a perder la magia de la Navidad. Pero aunque no todo sea perfecto, ni la familia la más armónica, ni la vida la más feliz, ni el estado de ánimo el más vital... hay pequeños detalles que pueden ayudar a disfrutar de estas fiestas. Adornar un pequeño árbol, escribir la carta a los Reyes Magos con los niños, visitar los mercadillos de las ciudades o los belenes vivientes, hacer un viaje, conocer a gente nueva, llamar a ese amigo que hace tiempo no se habla con él, pasear para observar las luces de las calles, preparar una sorpresa para un familiar... «Los pequeños detalles son los que hacen que nos ilusionemos», afirma Laura Aut, psicóloga infantojuvenil de Isep Clínic Barcelona.
La experta explica que hay una forma de reducir los sentimientos negativos, la soledad, cuando llegan estas fechas. Cada persona debe entender que «no existe una única Navidad, sino que hay muchas formas de vivirla, tantas como personas». Lo más importante es difrutar de estos días y compartir esa ilusión con los seres queridos. «Comparte tu tiempo, tu alegría, tus actividades, tus emociones —insiste Laura Aut—. Ayuda a los demás y también déjate ayudar. Sonríe a los demás y verás cómo esa sonrisa se te devuelve. Tómate tiempo para disfrutar, vamos con tantos prisas en nuestra sociedad que no nos permitimos poder sorprendernos e ilusionarnos con lo que tenemos a nuestro alrededor, ilusiónate por las pequeñas y grandes cosas».
"Si quieres conseguir ese espíritu de Naviadad,piensa en los años cuando era niño o adolecente".ATT. José de León
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